31.10.12

Las reglas del congelador redondo

Escóndete entre el bote de mayonesa y las sobras de anoche. Hazte un columpio y roza la sandía con los pies. Las manos abiertas, los ojos cerrados. Abrázate las rodillas, hundida tras del té helado.
Ahora dale un salvaje y torcido mordisco al mundo, enseña los colmillos, gruñe a los lobos, aúlla a tu luna y vuela un rato.
Cuando vuelvas, piérdete entre las mantas a rayas, asómate a tus pupilas y












cae.