4.1.10

Diario de Soraya, 2º capitulo


-¡Soraya! ¡Soraya!
-Se está despertando, venid.
-¡Venid, venid!
Abrí los ojos lentamente... y vi a casi toda mi gente alrededor mía. Sólo pude pronunciar un nombre, aunque me había dado cuenta de que esa persona no estaba con las que me rodeaban.
-¿Meg?- todos hablaban a la vez y yo intentaba captar todos sus comentarios, mirando de un lado a otro. El techo blanco estaba lleno de luces deslumbrantes que me mareaban.
-¿Meg?- repetí como pude. Y volví desmayarme, apoyando con un suspiro mi cabeza en la blanda almohada de la camilla de hospital.
Al cabo de un rato, me pareció oír una voz que me despertó.
-Soraya...- escuché una voz a mi lado. Ladeé un poco la cabeza, y allí estaba Meg, en una camilla como la mía, pero con un pie en alto escayolado. Me tendió su mano y se la cogí.
-Meg, ¿Qué te ha pasado?
-Un esguince. Torcí demasiado el pie- sonrió.
-¿Y lo de la carretera?
-Me encontraron allí inconsciente. No recuerdo nada.
-¿Nada?- pregunté con preocupación.
-No-. respondió con mi misma cara.


* * *


Esos días en el hospital fueron funestos para las dos. Aunque mis padres y Laurie se pasasen mucho por allí y yo saliera al tercer día. Me enteré de que el primer día, Laurie estuvo todo el tiempo en la sala de al lado, ya que no le dejaban quedarse en nuestra sala. Entraba cada minuto para ver como estábamos. Siempre ha sido un buen amigo y nosotras le queremos mucho. Cuando salí al tercer día lo primero fue hice fue ir a su casa y darle un abrazo, y le conté todo lo referente a Meg y a su estado.

-¿Y qué piensan hacer con la boda?- me preguntó cuando terminé.

-La verdad es que no lo sé. Supongo que la aplazaran un poco, pero no cambiará mucho las cosas; sólo que Meg irá con muletas y no podrá ponerse el anillo, porque se caería-. solté riéndome.

-¡Entonces no habría boda! ¡Y tampoco habría Sorayas preocupadas, preguntándome cada día si se podría hacer de algún modo que la novia olvidase al novio, y así no tendría que pasarse las noches preocupada vigilando que su hermana se escapase de casa!- exclamó como si estuviésemos en una obra de teatro. Nos echamos a reír y no pudimos parar en media hora. Después nos fuimos al jardín de mi casa, saltándonos la valla, y nos sentamos en el banco colgante que se balanceaba entre los dos sauces.

-¿Tú cambiarías algo de tu vida?- preguntó después de un rato de silencio.

-Nunca. Con vosotros ya lo tengo todo- contesté sonriéndole.

-Lo mismo digo- Sonrió.

Probablemente esa hubiese sido la imagen más bonita del mundo: dos amigos sonrientes y felices, sentados en un viejo banco colgante entre dos árboles, bañados por la luz del sol poniéndose, en un jardín lleno de verde, mirando al sol poniente y viviendo el presente... ¿Por qué nadie sacó una foto?

2 comentarios:

  1. aww que lindo laurie!!!
    pobre soraya! yo tambien me desmayaria si me pasaran una media conversacion como esa por cel...
    sigue escribiendo!!

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  2. ^^ ya tengo el tercer capitulo, pero me falta la imagen, a ver si lo puedo poner mañana! =) gracias por seguirme! ^^

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